Muchos psicólogos psicoterapeutas elegimos ejercer nuestra profesión usando psicoterapia basada en la evidencia. Esta definición se refiere a aplicar un tratamiento psicológico (psicoterapia) teniendo en cuenta lo que la investigación científica ha demostrado que es más eficaz en cada problema. Puede parecer obvio que las decisiones sobre que ruta debe tomar una intervención en salud tengan que tomarse así, pero muchas veces se toman en base a comodidad o a lo que el profesional ya conoce, al margen de la evidencia. Y esto provoca muchas veces terapias ineficaces o demasiado largas.
Sabemos gracias a numerosos estudios que la terapia desvinculada del método científico posee una efectividad muy limitada. Posiblemente el más famoso de esos estudios fue el que Hans J. Eysenck realizo en 1952, un exhaustivo análisis de resultados, que puso de relieve que las personas que recibían psicoterapia estaban igual que las del grupo comparación que no recibían ningún tipo de tratamiento. Por lo que se concluyó que el efecto de la mayoría de psicoterapia realizada en aquella época, mayoritariamente psicoanálisis, era igual al mero paso del tiempo.
Desde aquel momento el panorama ha cambiado y se ha investigado muchísimo en el desarrollo de nuevas formas de tratamiento psicológico y sus resultados. Tales investigaciones han mostrado datos claros en aquellas formas de intervención que consiguen evidentes mejoras, y que sin ninguna sorpresa suelen ser habitualmente aquellas formas de psicoterapia más cercanas a la ciencia, como pueda ser la terapia cognitivo-conductual, aunque algunas otras formas de psicoterapia también han demostrado efectividad para problemas específicos.
Actualmente el planteamiento actual es el de investigar que tratamientos son los mejores para problemas concretos. Estas investigaciones están no solamente impulsadas por razones éticas o deontológicas (los pacientes merecen recibir el mejor tratamiento posible) sino por los compromisos que se han adquirido con los diversos sistemas sanitarios de cada país para utilizar los recursos disponibles con prudencia y racionalidad. Estos compromisos afectaron primero a la medicina y poco a poco han ido extendiéndose al resto de disciplinas. En psicología, la APA (la sociedad americana de psicología) lleva publicando desde 1993 listados de tratamientos investigados y válidos para diversos trastornos psicológicos y problemas emocionales.
Estos listados no están diseñados solamente para mejorar la calidad de la atención clínica, sino que partiendo de las preferencias y características de la persona en terapia ofrecen una guía para ayudar al psicólogo en su objetivo de alcanzar los mejores resultados. Y para el paciente es una ayuda para poder elegir y poder tener un papel más activo e informado sobre la toma de decisiones respecto a su tratamiento y cuidado. Estas guías tienen en cuenta circunstancias específicas: las preferencias del paciente, la evidencia de investigación y el estado clínico y las circunstancias.
En resumen, los psicólogos que nos guiamos por las guías y recomendaciones de la psicoterapia basada en evidencia podemos saber y usar intervenciones que han demostrado utilidad, conocer e informar con mejor precisión el tiempo aproximado de psicoterapia y cuando no disponemos de los medios más adecuados, saber dirigir al mejor profesional para que la persona pueda resolver su problema.
Si quieres saber más. Aquí tienes algunas guías que puedes consultar:
Sociedad Española de psicología clínica y de la salud:
http://www.sepcys.es/index.php?page=documentos
Catálogo de guías del sistema nacional de salud:
https://portal.guiasalud.es/gpc/?_sfm_wpcf-estado=1
Guías del National Institute for Health and Care Excellence (en ingles):
https://www.nice.org.uk/
Gracias por tu atención. Por favor, no dudes ante cualquier duda, inquietud o sugerencia contactar conmigo.
José Luis Miranda Fidalgo
Psicólogo sanitario colegiado 22.738